martes, 6 de julio de 2021

Conviviendo con virus

A ya más de un año de la pandemia provocada por el SARS- COV2, nuestras vidas "gradualmente" se han ido adaptando a la nueva situación. Esta nueva normalidad va sentando sus bases. Es una realidad, como todas, variopinta: quienes actúan como si nada hubiera pasado regresando a comportamientos pre-pandemia hasta los que alertan que el virus sigue circulando y mutando y que debemos seguir con extremas precauciones, aún después de vacunados.

Lo que es cierto y es una verdad establecida por la ciencia es de  que los virus y demás parásitos no solo nos rodean, sino que conviven con nosotros compartiendo el Planeta no solo en estos días, sino desde que existimos como homo sapiens.

Los virus y parásitos son parte del Planeta y hay cientos y quizá miles de ellos aún incluso hoy desconocidos. Circulan como nosotros circulamos por las calles; "brincan" de animales a animales y de animales a humanos en formas impredecibles.

El gran problema es cuando alguno de ellos se hace mortal para nosotros; cuando no, como el que causa la gripe, pues solo nos produce molestias y puede no pasar a mayores si nos cuidamos. Pero con este SARS-COV2, por las propias leyes naturales se hizo mortal para un porcentaje de la población con determinadas características.

Así que creo que parte de esta nueva realidad debiera ser tomar conciencia de que los virus están aquí para siempre y que por la combinación de múltiples factores, pueden llegar a ser terriblemente mortales. 

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Comenzó la cuenta regresiva...

El prototipo Starship

Vi en twitter cómo explotó al aterrizar el prototipo Starship de la compañía de Elon Musk SpaceX que tiene por objetivo darnos a los que puedan pagar, viajes por el espacio y traernos de vuelta a casa como si nada; para bien o para mal, quien conquiste de esa forma el espacio, podrá conquistar todo lo demás. 

La carrera espacial ha cobrado un nuevo giro, ya no el romanticismo que rodeó el alunizaje del primer hombre en la luna; ahora es una carrera científica y tecnológica que lleva tras de sí objetivos declarados y no tan declarados: darnos vueltas alrededor de la Tierra, encontrar meteoritos de oro o de metales de valor incalculable, habitar Marte cuando la Tierra se acabe de asfixiar, montar cinturones de satélites que observen y registren TODO, experimentar con miles de cosas que vaya usted a saber de qué se tratan, y la lista puede seguir.

Son los primeros pasos también para futuras guerras terrenales y porque no, recordando la hermosa trilogía de Cixin Liu (El problema de los Tres Cuerpos) guerras con otras especies (si es que existen) de lejanas galaxias.

Elon Musk no lo niega: vamos a Marte para hacer negocios, explotar comercialmente todo lo que encontremos en el camino. No está tan mal desde le punto de vista de los negocios, la rentabilidad, la explotación de patentes y demás (en ese camino ha creado montones de trabajos y empleos) siempre y cuando un día no nos encontremos con que ya hay un rayo láser instalado en la cara oculta de la luna que nos apunta y amenaza.

A mi querido maestro y amigo

martes, 8 de diciembre de 2020

El COVID 19 nuestro de cada día

En los primeros días de enero de este año, leí un breve post en twitter que decía que aparentemente un nuevo virus había aparecido en Wuhan, China; como decenas de twits que uno lee, no se le da demasiada importancia; solo recuerdo que dije para mi que a lo mejor sería algo similar a los anteriores que habían surgido en aquellas tierras lejanas y que no pasaría a mayores dado que siempre los habían controlado. Todavía en la vorágine de esas vacaciones decembrinas pues no representaba mayor preocupación esa nota y además tan lejana en el espacio.

Pero con el tiempo cada vez aparecían más twits y notas acerca de ese virus; para febrero empecé a checar qué ocurría. La velocidad con que aquel virus lejano y desconocido se instaló en nuestra vida cotidiana fue apabullante y dramático. De pronto el mundo cambió: cerraron escuelas, trabajos, comercios. 

Ante lo imprevisible, todos reaccionamos tarde; hoy, lo que parecía una curva, parece más una recta hacia arriba infinita. La carrera científica por la vacuna también ha sido inverosímil: ya a casi nueve meses aparecen las primeras luces en la penumbra. Será el final del tunel? 

Sin ser pesimistas, parecería que ya hemos destruido tanto los ecosistemas que es cuestión de tiempo de que "brinquen" más virus de los animales a los humanos o de que este COVID-19 cambie. Me parece que 2020 es un quiebre en lo que hemos construido o destruido: y no se sabe bien a bien para dónde caminamos como especie humana.

Gambito de Dama: 10,000 horas


A quien le haya gustado la miniserie de Netflix Gambito de Dama (me incluyo desde 
luego) puede obtener varias lecciones de vida. Centrémonos en el personaje principal:  Elizabet Harmon (Beth)

Magistralmente entretejida con la vida personal, llena de innumerables tragedias difíciles de superar porque le han marcado huellas imborrables desde su más tierna infancia, junto con problemas de alcoholismo y drogas heredados de la misma fuente de tragedias personales, Beth escala desde un orfanatorio con la ayuda de su profesor-conserje, que le enseña las maravillas y secretos del ajedrez, hasta la cumbre de vencer al campeón ruso de ajedrez de aquellos años.

Ambientados en los años de Kasparov y Fisher como los héroes del momento ajedrecístico mundial, la historia en sí misma es fascinante y bella, pero creo hay muchas lecciones de fondo.

Una primera evidente es que lograr ese nivel de excelencia en este juego-arte-ciencia por Beth se debe fundamentalmente a dos ejes: a) vencer sus miedos, angustias y temores de sus tragedias personales y 2) estudiar-estudiar-estudiar y practicar-practicar-practicar. Aquí es ineludible recordar el libro de  Malcolm  Gladwell (Historias de Exito) donde documenta diversas historias de éxito cuyo común denominador es el trabajo arduo. Gladwell comenta que es en un aproximado de 10,000 horas donde se logra un nivel de maestría. Nos recuerda que en la vida nada es fácil; son en gran parte esas diez mil horas de estudio y practica para lograr ser un master en determinado campo.

Si ven la miniserie podrán observar que Beth compra libros, se duerme pensando en las jugadas, practica a cualquier hora y con quien sea, se arriesga a enfrentar juegos con desconocidos o con grandes maestros, busca por todos los medios ir a su primer campeonato local. Come leyendo, sueña jugando. Nada más y nada menos.

Para cualquiera de nosotros en cualquier campo en que trabajemos, sin estas 10, 000 horas: JAMAS podremos dejar una huella imborrable para los demás: dejar esa cuña en el Universo como diría Steve Jobs.

Maravilloso el final: acaba de vencer al mejor del mundo, camina sola por las calles de Moscú. Ve a gente de la tercera edad jugando en una callecita al ajedrez en mesas y sillas improvisadas. Los mira. La miran y la reconocen. La abrazan. Los abraza. Y...se pone a jugar con ellos.





lunes, 29 de junio de 2020

Máscaras y caretas: el fallo de nuestra educación basica

Aunque con políticas dispares, errantes o equivocadas, el mundo se ha impuesto el uso de máscaras y caretas como medida de protección ante el COVID 19; sin una política clara y contundente en nuestro País, su uso es discrecional: cada quien decide si los usa o no. 

Transitar por cualquier calle de cualquier ciudad de México nos dará una idea clara de lo que ocurre ante tal medida.

Al menos en lo que a mi toca, observo que de cada diez personas que transitan ya sea a pie, vehículo o transporte público quizá con ojo de buen cubero: 20% sí, 80% no. Y de este 20% que sí, en muchas ocasiones está mal empleado.

Vemos niños, adultos, tercera edad deambular como si el día fuera como todos. La transmisión ya se sabe, es por objetos contaminados o por la cercanía con personas.  Cuando se empezó a desintegrar la comunicación pública en esta materia (por sus enormes contradicciones entre funcionarios, y entre medios de comunicación) la población tomó el control con su propia decisión.  

Ya sabemos que en México hay enormes desigualdades en materia educativa y cultural. Lo básico que se debiera enseñar en el ciclo básico de educación (preescolar, primaria y secundaria) parece no ha funcionado.  Aquí, con la crisis encima y con esta medida elemental pero efectiva (así lo han manifestado cientos de artículos, blogs, medios y autoridad sanitarias del mundo) se manifiesta claramente este enorme problema: lo básico que cualquier persona ya debió haber adquirido al cursar mínimamente la primaria no aparece por ningún lado.

Lo básico, debiera ser, entre otras aspectos, el cuidado de nuestra salud y de nuestro cuerpo. Esto se debiera adquirir mínimamente en la educación primaria a donde un porcentaje muy alto (99%) de mexicanos la pueden transitar, antes de abandonar su trayecto escolar por múltiples razones.

Así que al ver caminar en las calles a las personas sin esa inversión de $100.00 a costa de su propia vida y la de sus seres queridos, no podemos menos que pensar en el fracaso de nuestra educación básica: no enseñamos lo mínimo indispensable para dotar de un equipaje mínimo de seguridad a nuestra población que se encuentra en los ciclos básicos de educación. Qué enorme pérdida de oportunidad cuando estamos en las aulas.

domingo, 28 de junio de 2020

El curriculum de vida o muerte

Tuve la oportunidad entre 1985 y 1990 de trabajar con Juan Manuel Gutiérrez Vázquez; además de su extraordinaria personalidad (hay algunas notas en mi blog acerca de él), siempre comentaba innovadores conceptos educativos para aquellos años; su vasta experiencia internacional, sus lecturas y proyectos le daban esa oportunidad de ver más allá de nuestro patio.

Para mí, en aquellos años, representaban algo verdaderamente innovador y asombroso por su extrema sencillez pero su enorme significado profundo: Club de ciencias para niños, curriculum oculto, clase modelo de maldad, son solo algunos de ellos. 

Hoy lo traigo a colación al pensar en lo que se puede hacer con el cerco que nos ha impuesto el COVID 19 a la educación; sin duda alguna el curriculum es una de las piezas que se deben modificar. Lo traigo por un concepto que quiero profundizar un poco: el curriculum de la vida o la muerte (el nombre me asombró cuando lo escuché. No he podido encontrar unas notas que tenía de Juan Manuel sobre este tema)

Desde hace un buen tiempo se ha dicho que el actual curriculum es demasiado extenso: demasiada carga curricular para docentes y estudiantes. La carga ha demeritado en la calidad y profundidad con que se aborda en el aula escolar: todo a la prisa por la urgencia de cubrirlo.

Hoy es ineludible transformarlo en aras de resolver el problema que nos impuso el COVID 19:  cero espacio físico para que docentes y alumnos interactúen y porque el asunto educativo se resolverá en lo que puedan hacer docentes, padres de familia y estudiantes desde el hogar.

Aquí viene el concepto del curriculum de la vida o la muerte; quizá podríamos cambiarle el nombre y llamarle curriculum de sobrevivencia o curriculum mínimo indispensable. La idea central es: dejemos lo básico indispensable en este tiempo de crisis; el mínimo equipaje que docentes, padres y estudiantes pueden llevar en la condiciones extremas actuales, sin demeritar la calidad y profundidad.

ChatGPT y cómo ayuda a los docentes en lo administrativo

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