La
revolución tecnológica en la rama de la información y la comunicación, y
especialmente en las denominadas “tablets” (**), ha conducido no solo a la
digitalización de contenidos, sino a la construcción de propuestas donde estos
pueden integrarse con la ciencia y el arte para mejorar sustancialmente la
oferta de temas educativos a través de dispositivos móviles.
Se abren nuevas posibilidades para mejorar
nuestro quehacer en educación. Esta vez hay indicios de que las tabletas pueden
aportar sus posibilidades en el entramado de los procesos de enseñanza y
aprendizaje. Si bien en el pasado cercano se ha experimentado con las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en educación, hoy aparece
la posibilidad de personalizar y construir productos que impliquen la
interacción y la inmersión en un nivel desconocido hasta ahora.
La tableta está revolucionando, aún en fases
experimentales, contenidos educativos, culturales y científicos. No solo se
trata de digitalizar en PDF un contenido para ser leído (que es lo más obvio),
sino que ahora la tradición ya largamente cocinada de los videojuegos, las
artes digitales, más múltiples tecnologías como el reconocimiento de voz, la
pantalla táctil y otras, están haciendo de la tableta un soporte para
desarrolladores que en equipos de trabajo con artistas, programadores,
educadores y científicos puedan generar propuestas realmente interesantes en el
mundo educativo.
Obras digitales que “cobran vida” como el caso
de Los fantásticos libros
voladores, de Morris Lessmore, que de la mano
del lector ahora no solo utiliza el sentido de la vista para leer el texto,
sino el del oído para escuchar la voz de los personajes o el sentido táctil que
los “mueve”, o sus escenarios para hacer una lectura en donde participan oído,
vista y tacto, haciendo otras conexiones neuronales en las que el lector tiene
una experiencia diferente a la que se tenía con la lectura tradicional.
No estamos diciendo que sea mejor, estamos
diciendo que es diferente, además de que implicaría evaluar la apropiación y
construcción de significados a partir de esta otra forma de leer.
Sin embargo, sí hay investigaciones que nos
están diciendo que el involucramiento de más sentidos, la participación del consciente y del inconsciente: el
todo cerebro/mente (Caine, 2004), la co-participación activa de las personas en
su aprendizaje es mejor y genera mayores niveles de pertinencia.
La investigadora Daphne Bavelier, neurobióloga
de las Universidades de Ginebra (Suiza) y Rochester (Estados Unidos) ha
descubierto que ciertos videojuegos repercuten de “un modo profundamente
beneficioso en varias habilidades distintas, como por ejemplo la agudeza visual
o la capacidad de prestar atención” es decir, en varios aspectos de nuestro
razonamiento cognitivo (Bavelier, 2009).
Nicholas Negroponte, del Instituto Tecnológico
de Massachuset (MIT), dirige el proyecto One Laptop Per Child (OLPC) que a
través del diseño de narrativas y de software especializado está logrando que
niños y niñas sin ningún antecedente de lectura y con padres analfabetos, y aún
más, sin un contexto lector: sin libros ni algún material impreso, aprendan y
se motiven por la lectura sin ayuda adulta, dejándoles, incluso empacado el
dispositivo (una tableta con contenidos educativos) con la instrucción: “Hola,
aquí está este paquete que puedes abrir si quieres ver lo que tiene”.
Si a esto le agregamos la tradición del teatro,
la cinematografía, el diseño visual, la musicalización y demás artes que
contribuyen a la construcción de propuestas interactivas (Anderson, 2011),
entonces estaremos en los inicios de una verdadera revolución educativa a
través de soportes que cada vez más son de bajo costo y que distribuidos
masivamente pueden enfrentar los graves problemas que tenemos en educación,
salud, cultura, divulgación de la ciencia.
¿Son los albores de una nueva era de la
educación? Es muy temprano para aseverar tal cosa. Lo que sí podemos decir es
que el crecimiento geométrico de soportes y dispositivos conectados en red, así como el avance
en la investigación científica, sobre todo en las neurociencias, está abriendo
el camino para que la educación tome otros derroteros, muy distintos a los
actuales, con un renovado optimismo de las posibilidades que se abren.
(*) Artículo que apareció originalmente en la Revista C+Tec No. 9, CECTI, Michoacán.
(**)
En el mercado hay una buena variedad de tablets: Ipad (Mac), Galaxy (Samsung), Xoom (Motorola), Blackberry
Playbook, Kindle (Amazon) entre otras.
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