POR LA IMPORTANCIA QUE TIENE REPRODUZCO EL TEXTO QUE PODRAS ENCONTRAR EN CNNEXPANSION.
Por: Isabel Mayoral Jiménez
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión.com) — La brecha del ingreso entre los mexicanos más ricos y los más pobres se ensancha, no obstante la recuperación de la economía de México en 2010 -de 5.5%- y las expectativas favorables que se tienen para este año, de un crecimiento de 4.3%.
El mexicano más pobre llega a percibir hasta 27 veces menor ingreso que el más rico, en promedio; situación que también se presenta en Chile, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Si bien entre los países miembros de este organismo, el ingreso promedio del 10% más rico de la población es alrededor de nueve veces el del 10% más pobre, esta proporción es mucho más baja en naciones nórdicas y muchas europeas, pero se eleva a 14 veces a 1 en Israel, Turquía y EU, y a un nivel alto de 27 a 1 en Chile y México.
Aunque el tamaño de la economía mexicana la ubica en el sitio 14 en el ámbito mundial, en los últimos 30 años el crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) por persona de México ha sido de solamente 0.67% anual.
De hecho, la recesión económica de 2009 y la falta de impulso de la economía propiciaron que en 2010 el PIB per cápita del país dejara de ser el más importante de América Latina, al colocarse en 9,265 dólares, con lo que fue superado por Brasil, cuyo PIB per cápita se colocó en 10,814 dólares.
Un nuevo informe del Centro de Servicios Financieros de Deloitte sugiere que la riqueza total de los hogares millonarios podría más que duplicarse en la próxima década en 25 de las economías más importantes -entre las que incluye a México-, pasando de un estimado de 92 billones de dólares este año a 202 billones de dólares en 2020.
El informe contabiliza 170 millonarios en México, de los casi 38,000 a nivel mundial, con una fortuna de 0.36 billones de dólares, y se estima que para 2020 serán 615 nacionales con riqueza en conjunto de 1.12 billones de dólares.
La situación de equidad en México empeoró por la crisis económica de 2009, resalta José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Pero además, tras la recuperación los mercados laborales en México no han sido capaces de generar el ingreso económico suficiente para que la población pueda tener un nivel de vida adecuado, afirma.
"Fundamentalmente en épocas de crisis estos problemas se exacerban, es decir, se vuelven mucho más fuertes que en otros países de la OCDE, en donde la distribución de la riqueza es más igualitaria y en donde funcionan esquemas de gasto público que aseguran que la gente cubra de manera adecuada sus requerimientos; en el caso de México, eso no está sucediendo".
La persistente desigualdad en nuestro país es notoria si se mide con la de los países miembros de la OCDE. De acuerdo con el indicador denominado 'coeficiente de Gini' para el caso mexicano se ubica en 0.45, el más alto de estas economías, mientras que en el nivel más bajo se ubica Suecia, ligeramente por debajo de 0.20.
El coeficiente de Gini es una medida estándar de la desigualdad de ingresos y es un número entre 0 y 1, en donde 0 corresponde a la perfecta igualdad -donde todos tienen ingresos idénticos-, y 1, que es cuando todo el ingreso va para sólo una persona.
México tiene dos problemas esenciales, agrega De la Cruz. El primero es un crecimiento económico débil, cuyo promedio en lo que va del sexenio del presidente Felipe Calderón apenas alcanza 1% y el crecimiento económico en los dos últimos años ha sido hasta negativo.
"El primer desafío para México es crecer, pero esto viene acompañado de la necesidad de que la riqueza generada realmente se distribuya entre la población, y eso solo se logra a través de un mercado laboral que pague bien y en donde se tengan remuneraciones y prestaciones adecuadas, lo cual México no lo tiene".
Pero tampoco tiene otras salvaguardas que sí existen en otros países de la OCDE, como por ejemplo el seguro de desempleo, comenta el académico. "En épocas de crisis, el hecho de que la gente tenga un seguro contra el desempleo le permite, de alguna manera, que sus ingresos no se vean mermados de manera tan grande, y el hecho de tener este seguro le permite contar con un ahorro y no tener que utilizarlos ante la pérdida de su fuente de trabajo".
Sin embargo, en México los niveles de ahorro son más bajos y no hay ninguna red social de protección ante el desempleo y "me parece que eso es lo que se proyecta de manera inmediata en épocas de crisis y hace que la distribución del ingreso empeore, que se vean mermados los ingresos y que exista un aumento de la pobreza relevante ante cualquier evento que frene a la economía".
El estudio de la OCDE destaca que, si bien las políticas de beneficio fiscal en el pasado han compensado algunos de los grandes incrementos en la inequidad del mercado de ingresos, éstas parecen haber sido menos efectivas en lograrlo en los pasados 10 a 15 años.
Hasta mediados de los 90, los sistemas de beneficio fiscal en muchos países de la OCDE compensaron más de la mitad del alza en la desigualdad del mercado de ingresos. Sin embargo, desde entonces, aunque la inequidad en el mercado de ingresos continuó creciendo, el efecto estabilizador de los impuestos y beneficios sobre la desigualdad en el ingreso familiar ha bajado mayormente. En algunos países, los impuestos y beneficios se volvieron menos redistributivos durante la década pasada.
El mexicano más pobre llega a percibir hasta 27 veces menor ingreso que el más rico, en promedio; situación que también se presenta en Chile, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Si bien entre los países miembros de este organismo, el ingreso promedio del 10% más rico de la población es alrededor de nueve veces el del 10% más pobre, esta proporción es mucho más baja en naciones nórdicas y muchas europeas, pero se eleva a 14 veces a 1 en Israel, Turquía y EU, y a un nivel alto de 27 a 1 en Chile y México.
Aunque el tamaño de la economía mexicana la ubica en el sitio 14 en el ámbito mundial, en los últimos 30 años el crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) por persona de México ha sido de solamente 0.67% anual.
De hecho, la recesión económica de 2009 y la falta de impulso de la economía propiciaron que en 2010 el PIB per cápita del país dejara de ser el más importante de América Latina, al colocarse en 9,265 dólares, con lo que fue superado por Brasil, cuyo PIB per cápita se colocó en 10,814 dólares.
Un nuevo informe del Centro de Servicios Financieros de Deloitte sugiere que la riqueza total de los hogares millonarios podría más que duplicarse en la próxima década en 25 de las economías más importantes -entre las que incluye a México-, pasando de un estimado de 92 billones de dólares este año a 202 billones de dólares en 2020.
El informe contabiliza 170 millonarios en México, de los casi 38,000 a nivel mundial, con una fortuna de 0.36 billones de dólares, y se estima que para 2020 serán 615 nacionales con riqueza en conjunto de 1.12 billones de dólares.
La situación de equidad en México empeoró por la crisis económica de 2009, resalta José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Pero además, tras la recuperación los mercados laborales en México no han sido capaces de generar el ingreso económico suficiente para que la población pueda tener un nivel de vida adecuado, afirma.
"Fundamentalmente en épocas de crisis estos problemas se exacerban, es decir, se vuelven mucho más fuertes que en otros países de la OCDE, en donde la distribución de la riqueza es más igualitaria y en donde funcionan esquemas de gasto público que aseguran que la gente cubra de manera adecuada sus requerimientos; en el caso de México, eso no está sucediendo".
La persistente desigualdad en nuestro país es notoria si se mide con la de los países miembros de la OCDE. De acuerdo con el indicador denominado 'coeficiente de Gini' para el caso mexicano se ubica en 0.45, el más alto de estas economías, mientras que en el nivel más bajo se ubica Suecia, ligeramente por debajo de 0.20.
El coeficiente de Gini es una medida estándar de la desigualdad de ingresos y es un número entre 0 y 1, en donde 0 corresponde a la perfecta igualdad -donde todos tienen ingresos idénticos-, y 1, que es cuando todo el ingreso va para sólo una persona.
México tiene dos problemas esenciales, agrega De la Cruz. El primero es un crecimiento económico débil, cuyo promedio en lo que va del sexenio del presidente Felipe Calderón apenas alcanza 1% y el crecimiento económico en los dos últimos años ha sido hasta negativo.
"El primer desafío para México es crecer, pero esto viene acompañado de la necesidad de que la riqueza generada realmente se distribuya entre la población, y eso solo se logra a través de un mercado laboral que pague bien y en donde se tengan remuneraciones y prestaciones adecuadas, lo cual México no lo tiene".
Pero tampoco tiene otras salvaguardas que sí existen en otros países de la OCDE, como por ejemplo el seguro de desempleo, comenta el académico. "En épocas de crisis, el hecho de que la gente tenga un seguro contra el desempleo le permite, de alguna manera, que sus ingresos no se vean mermados de manera tan grande, y el hecho de tener este seguro le permite contar con un ahorro y no tener que utilizarlos ante la pérdida de su fuente de trabajo".
Sin embargo, en México los niveles de ahorro son más bajos y no hay ninguna red social de protección ante el desempleo y "me parece que eso es lo que se proyecta de manera inmediata en épocas de crisis y hace que la distribución del ingreso empeore, que se vean mermados los ingresos y que exista un aumento de la pobreza relevante ante cualquier evento que frene a la economía".
El estudio de la OCDE destaca que, si bien las políticas de beneficio fiscal en el pasado han compensado algunos de los grandes incrementos en la inequidad del mercado de ingresos, éstas parecen haber sido menos efectivas en lograrlo en los pasados 10 a 15 años.
Hasta mediados de los 90, los sistemas de beneficio fiscal en muchos países de la OCDE compensaron más de la mitad del alza en la desigualdad del mercado de ingresos. Sin embargo, desde entonces, aunque la inequidad en el mercado de ingresos continuó creciendo, el efecto estabilizador de los impuestos y beneficios sobre la desigualdad en el ingreso familiar ha bajado mayormente. En algunos países, los impuestos y beneficios se volvieron menos redistributivos durante la década pasada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario