EL VERDADERO FUTBOL .
Otra vez nos quedamos en la orilla con la sensación de que sí pudimos avanzar. Sin embargo, los factores clave pesaron en contra. Factores estructurales (amiguismo, compadrazgo, falta de planes de largo plazo, inversión en Deporte, monopolios de medios de comunicación, entre otros), factores motivacionales y de control emocional (no te puedes derrumbar tan pronto aún con la injusticia de un fuera de lugar) y lo que se veía desde el principio: errores elementales en la defensa y falta de contundencia en la delantera.
Para las autoridades deportivas mexicanas: ¿cómo le podemos hacer para que a la hora de armar la selección nos sobren jugadores con experiencia y en la edad más productiva ( hoy por ejemplo se abrió la brecha: jugadores ya muy grandes -con ya poco rendimiento- y jugadores aún novatos -con hambre, pero carentes de experiencia) y más lejos: ¿cómo se le puede arrebatar el control de este apasionante juego a los monopolios que lo administran y que le causan tanto daño?
Por otra parte, se ve a leguas que la FIFA, el corporativo que administra el modelo de negocio del futbol es un verdadero paquidermo. Veánse la cantidad de jugadores estrella que no rindieron porque llegan sobresaturados, con cientos de horas de juego, cientos de horas en reportajes, entrevistas y comerciales. El caso de Francia fue patético porque aunado a todo lo anterior, se le suma un profundo descontento interno, de 11 individuos que desde el principio no querían saber nada de nada.
Además y me extraña por la forma en que afecta el negocio de los que controlan la FIFA (es decir, ni para cuidar su propio negocio son buenos) las pifias arbitrales que definieron muy temprano dos juegos clave y que indudablemente como se dice en vox populi, golpean su propia gallina de los huevos de oro.
Yo me quedo con la pasión que sigue despertando este juego y porque nos vuelve a decir que en México necesitamos ya no de héroes (que se ve casi imposible) sino de ídolos que cuando menos nos den dos horas de alegría.
Yo me quedo con la pasión que sigue despertando este juego y porque nos vuelve a decir que en México necesitamos ya no de héroes (que se ve casi imposible) sino de ídolos que cuando menos nos den dos horas de alegría.